16 de enero de 2012

Capítulo 1: Antecedentes prologares.

La adolescencia nos encontró besándonos inesperadamente en un recital al aire libre. Pomposas y algo grises estaban las nubes ese sábado. Nos conocíamos desde hace ya unos años pero no fuimos más que meros conocidos en un mundo de amigos en común y alguna que otra fiesta compartida. Ahí estábamos los dos. Creo que yo aún era virgen, no estoy seguro de eso, podría haber sido tranquilamente. Después de todo, tuve una primera aparición algo tardía en el asunto.

Años después, ambos con alguna que otra relación encima,  ella apareció en mi casa. Fue un encuentro más bien casual, pero pactado. Sí, un poco raro. Habíamos hablado un poco previamente y la cosa se había puesto algo picante. Yo venía de cortar una relación hacía un tiempo, pero como quien no quiere la cosa, terminamos encendidos, cogiéndonos como dos desesperados en mi cama.

Era de tarde, me acuerdo. Más tarde aún ella diría que había quedado algo entusiasmada en la manera que yo le daba sexo oral.

A partir de ahí, fuimos en términos propios de esta era y sociedad, lo que vulgarmente se llama “amigos con derecho a roce”. Cada tantos meses, nos veíamos, la pasábamos bien juntos, había confianza, si había ganas, cogíamos y sino, no. En el medio ella se puso de novia con un flaco, me propusieron un trío que jamás se concretó.

Luego cortaron.

Que ella viajaba, que yo… también viajaba. Un tiempo sin vernos. Dos tiempos. Tres tiempos sin vernos. Mails y fotos de por medio de su viaje. Ella estaba bien allá viajando. Yo estaba bien acá, ¿Viajando? Eso sí, de verse ni noticias.

Cada uno en la suya.

Ella un día volvió y decidió que se iba a vivir sola en las afueras de la ciudad. Muchas veces era media ermitaña. Me invitó unas cuantas veces a su nueva casa. Aludía que ahí podíamos tener la intimidad que quisiéramos para coger, para estar juntos. Que la verdad la tenía, de eso no cabe duda, pero sinceramente, jamás me dieron ganas de irme a hasta allá.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

che y qué pasó? por qué no quisiste ir?

ariel ya da asco dijo...

Un capitulo es una de las principales divisiones de una obra escrita de cierta longitud, tal como un libro, y por lo general comprende muchas páginas. Los capítulos pueden estar numerados, como es el caso en los códigos de leyes y/o pueden tener títulos específicos.